La UE se convierte en un destino prioritario para las inversiones directas de las empresas radicadas en China

Pekín reformula sus prioridades en lo que concierne a los continentes en los que, hasta hace poco tiempo, buscaba incrementar su presencia. Ya no mira tanto a África y Latinoamérica y prioriza a Europa, a un ritmo tan rápido que preocupa a la Comisión Europea. Hasta el punto de que el Ejecutivo comunitario propondrá, a mediados del mes próximo, sanciones para las empresas e inversores chinos que, en sus proyectos, no garanticen unos niveles mínimos de creación de riqueza y empleo en los países en los que operen y, sobre todo, que se nieguen a entablar intercambios de tecnología con sus contrapartes europeos.

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