El impuesto mínimo del 15% que están obligadas a pagar las grandes empresas y multinacionales desde el arranque del ejercicio por la regulación introducida por el Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado

amenaza la recuperabilidad de ciertos créditos fiscales de las compañías. Los activos fiscales diferidos son derechos frente a la Hacienda pública que se generan al incurrir en determinados quebrantos o, incluso, por algunas partidas de costes cuando la empresa no tiene beneficios suficientes para compensarlos en ese momento. En algunos casos, la normativa establece un plazo máximo para poder deducirlos en la factura fiscal. La fijación del tipo del 15% es susceptible de meter presión ahora en algunas de esas huchas en la medida que ya no se podrán desgravar llevando el tipo efectivo por debajo de ese umbral o, incluso, al 0%, y les tocará evaluarlo, según detallaron expertos.

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