que también se ha puesto de manifiesto en el registro de la Seguridad Social en lo que va de año. A finales de 2018, el número de cotizantes crecía a un ritmo del 3,1% interanual y tras irse ralentizando paulatinamente, este ritmo ha bajado al 2,6%. Los bares y restaurantes han perdido 6.000 empleos en un año y la ocupación en la metalurgia ha pasado de crecer un 14% a destruir 1.300 puestos de trabajo en dos años. De hecho, las alarmas están empezando a saltar por el hecho de que son precisamente los sectores más intensivos en creación de empleo o aquellos con mayor valor añadido, los que están perdiendo ocupados.