Así, destacan la situación "dramática" de algunos productos como la naranja o la clementina, que no llegan a percibir el 20% en origen, lo que hace que muchos agricultores abandonen la actividad. Además, la situación de fragilidad que viven los productores se ve perjudicada por cuestiones políticas internacionales, como la imposición de los aranceles por parte de Estados Unidos como represalia por el caso de Airbus, o los acuerdos de la Unión Europea con Mercosur, Sudáfrica, Marruecos o Túnez.