El déficit casi cuadraba pese al incremento de las pensiones y a la subida salarial funcionarios. Apenas un leve desvío recaudatorio en los impuestos de Sociedades y Especiales hacía peligrar el 2,2% pactado con Bruselas. Pero era por la mínima. Hasta que la Administración Central se ha topado de nuevo con los problemas bancarios: 1.700 millones por las pérdidas asociadas a las carteras inmobiliarias de Cam y Unimm, ahora en manos de Sabadell y BBVA y asumidas en parte por el Estado, y otros 1.000 millones que el Santander planea reclamar por la adquisición del Banco Popular. En total, 2.700 millones que contribuirán a que el desvío se eleve al 2,7% al término del año.